Todo empezó con una conversación telefónica inocente

[...]
- Acabo de salir de un curso, y tú?
- Yo voy caminando por Reforma, igual acabo de salir de la oficina
- Hoy puedo dar una vuelta.
- Sí? A dónde quieres ir?
- Como tu veas. Tú fuiste el de la idea de dar una vuelta
- Te veo en la cineteca, te gustaría ir? Pero estoy en Reforma, asi que tardaré un ratito. Yo creo que llego 8:10 allá.
- Dónde te veo?
- En la fuente de plaza coyoacán

Llegué a la fuente de la plaza, y te vi, como siempre, con tu trajecito negro. Yo iba con unos jeans y pensé "caray, que contraste". Nos saludamos y comenzamos a caminar hacia la cineteca. Platicamos de como nos había ido en la semana y como se veía la sig. semana. Ambos tuvimos una semana pesada.

Luego de un rato llegamos a la cineteca. Vimos las películas que estaban disponibles, habían 2. Pero una me llamaba la atención: "Viajo porque preciso, volto porque te amo"

- Esa se ve bien... es brasileña.
- Entonces esa será.

Entramos a la sala. Nos sentamos juntos.

- Espero no dormirme x_x
- Si te duermes en verdad te entendería, tuviste una semana muy agitada y casi no has descansado. Puedes recargarte en mi hombro, dicen que es cómodo ^^
- En serio?
- Sí, puedes hacerlo.

De pronto sentí como te acomodabas en mi hombro, y sentía tu cabello en mi cara. La sístole de mi corazón aumentó 10x su ritmo.

Luego te dio un poco de pena y volviste a tu lugar. Pero al mismo tiempo te acercabas más a mí.

Veía la película y me daba ideas.

Noté que querías cabecear y dije en un suspiro "Ay... que hermoso". Creo que lo escuchaste y te recargaste de nuevo en mi hombro, y esta vez te acomodaste mejor y duraste un rato allí.

- Verdad que está cómodo mi hombro?
- Sí, bastante..
- Dicen que tiene una almohada integrada

Dejaste mi hombro nuevamente, y esta vez, ambos nos recargamos en las cabezas del otro. Fue tan hermoso que se me pasó el tiempo como agua. Luego me recargué en tu hombro, y sentía tu respiración.. tan profunda y tranquila.

Me tomaste de la mano, y comenzaste a acariciarla. La sensación era tan diferente a otros chicos con los que había salido. Así estuvimos hasta que terminó la película.

-Nos vamos?

Salimos de la sala, pero yo decidí separar las manos. ¡Estaba tan insegura!

- Quieres ir a Coyoacán?
- Sí!!
- Caminamos o quieres que tomemos un taxi?

A pesar de que traía tacones, te contesté

- Mejor caminemos..

Caminamos un buen tramo, y platicábamos de tantas cosas! Mi familia, tu familia... Llegamos a coyoacán y por ser viernes en la noche, todo estaba atascado. Me di cuenta que eso no te agradó y buscabas un lugar tranquilo para estar conmigo. Había lugar en unos negocios, pero aunque te conozco poco, sé que a ti no te gustan los lugares "comunes". Tu estilo es más refinado y delicado.

Terminamos en un café llamado Mohelli. Tenía un ambiente agradable, tranquilo, con un menú riquísimo en variedad. No tan mal para tus gustos. Perfecto para mí. Ambos pedimos bebidas, y no comida. Ya era tarde (10:30 pm) como para comer o cenar. Seguimos charlando de demasiadas cosas: desde su trabajo, mi ciudad natal, tus experiencias en tu trabajo, chismes curiosos, detallitos... La conversación siempre fue fluida.

Noté un cambio en ti. Tu mirada era diferente a la que tenías 2 horas antes. Tu mirada parecía cansada, pero a la vez, tenía un brillo peculiar. Mi mirada la sentía diferente también. Mi mirada y tu mirada se cruzaban con un ritmo tan pausado y a la vez, tan perfecta.

La señorita que nos atendió nos dijo que ya iban a cerrar. Eran las 11 pm.

Caminamos hacia Miguel Angel de Quevedo. Nuevamente, nunca nos quedamos callados. Me contabas de que a ti te encantaba caminar por Coyoacán cuando eras más joven. Yo te decía que seguías siendo joven! Yo te contaba de algunas chocoaventuras que había pasado con mis amigas. Escuchaba tu risa.

Me encanta tu risa.

Ya en Miguel Angel, caminamos hacia el metro, que es donde yo tomo el microbus que pasa por mi casa.

- Ya es tarde, sí vas a alcanzar a llegar a tu casa?
- No te preocupes por mí. Puedo llegar a casa de mi hermana que vive muy cerca de aquí.

Eran casi las 12. No nos habíamos tomado las manos. Te miré y vi como jugabas con tu pequeña barba que apenas crecía.

Yo dije, qué va? Comencé a jugar con tus manos, hasta que tú me tomaste mi mano con una seguridad impresionante.

Con esa seguridad, me diste un giro con la mano.. Tomaste mi cintura y diste ese paso.

Ese beso fue espectacular.

Me mataste.

Pero eres un chico muy "intenso".

- No tan rápido.
- Lo siento..

Esta vez te di un beso en tu cara, y lo correspondiste con un beso en la boca. No pensé que supieras besar tan bien, para ser sincera.

Yo seguía teniendo esa inseguridad sobre lo que estaba haciendo. Besos en una primera cita... nunca lo había hecho. Esa inseguridad me hizo preguntarte muchas cosas

- Te gusto?

Tardaste en contestar

- Sí

Y me diste otro beso. Te tomé de la mano y te di un beso. Fue un beso, de esos tiernos, y sin ánimo de convertirse en un beso lleno de pasión. Es de esos besos suaves que pueden desarmar a cualquiera.

Nos despedimos y me diste un último beso

- Avísame cuando llegues. Mándame un mensaje. Gracias por todo

Subí al micro y miré como te ibas.

Prendí el iPollo. Estaba en shuffle. Yo tengo la impresión de que el shuffle sabe perfectamente que canción tocar en el momento adecuado. Ayer no fue la excepción.

El microbus iba lento, y canté:

Princeso tibetano.
Te visualicé en un cristal...